Todo lo que hagas es válido para seguir adelante y no parar. No intentes ponerte peros, ni obstáculos imposibles, no trates de evadir los desafíos, ni las soluciones difíciles.
No vayas buscando lo fácil o los atajos, a la larga, te harán retroceder, y el que vaya por el camino más largo, terminará llegando a su objetivo de forma segura, sin dar pasos atrás.
Por eso hay que seguir 3 reglas doradas, que en lo posible, nunca hay que romperlas, y las cuales, te ayudarán.
La primera: Comprende el dolor del resto, no todos aguantamos muchos golpes.
La segunda: Acepta las diferencias del resto, no todos somos iguales, ni debemos serlo.
La tercera: Ayuda al resto, algunos no pueden hacer todo por su cuenta, aveces necesitamos que alguien nos recuerde o mire por nosotros para saber que hacer o como avanzar.
Con estas reglas, ten por seguro que cuando necesites que alguien cumpla alguna de esas por tí, lo harán, no todos las cumplimos, pero no todos las rompemos…
Reflexiones
Estudios Terciarios
Hubo un tiempo, y no muy pasado, en el que mi sueño era ser profesor, en Lengua y Literatura para ser específicos, y me dispuse a lograrlo, pero, se vio truncado, realmente, nunca le dije a nadie los verdaderos motivos, fue algo, que no me tuvo bien, pensando que era mi escapatoria a mis problemas y poder sentirme bien con lo que me gusta, solo se había vuelto el nuevo foco del problema, logrando que mi vida siga en desorden y desastre en el que ya estaba, y solo logrando que mi cabeza tuviera más incertidumbres que exactitudes.
Lo que realmente pasó, fue que, entré pensando en que, mis compañeros podrían ser mis amigos, ya que todos teníamos un mismo fin, a diferencia de la primaria y secundaria. Además, pensé que era el lugar donde podría ser otro, ser yo mismo, y no tener que seguir sonriendo falsamente ocultando mis problemas, como lo hacía donde estaba, si tenía que soltar algo, lo hacía, si tenía que llorar, lo hacía, si necesitaba ayuda, la pedía, me dispuse a no volver a sentirme solo, y a buscar a quienes, creí que estarían para ayudarme, pero me había vuelto a equivocar.
Ocurrió que no solo vi con ojos de amigos, a quienes, solo me tenían como compañero, sonriendo para no hacerme sentir tan mal, pero es que, cuando pasa tanto tiempo sufriendo de personas que solo saben decirle una cosa y demostrar otra, uno aprende a ver esa delgada linea que separa ambas cosas. ¿Que hice el día que me fui del lugar y ninguno de mis «compañeros» volvieron a verme?, juntar mis cosas, pensar en como hacerles creer que tenía otras cosas por hacer, levantarme, saludar con un hasta luego, y salir, siendo ese mismo día, partícipe de una de las situaciones que en dicho momento, me impulsaron a irme sin decir nada: la foto puesta, muestra el trabajo que estaba haciendo, es un afiche con un ecualizador digital, la cual, cada cuadro, tiene una forma interior propia, y representa un verso, de una estrofa de rimas, el cual dicho trabajo había que hacerlo en grupos de mínimo cuatro integrantes, ese día, además de repetirse mis situación de mis tiempos en la secundaria, haciendo trabajos grupales, yo solo, pues, ocurrió, y cuando, al menos demostraría mis habilidades como escritor, deciden cambiar la temática de la clase, y nuevamente, paso a ser el cero a la izquierda. Todo ello, me llenó de impotencia, dolor y sobretodo unas tremendas ganas de llorar de angustia, pero en lugar de eso, me dispuse a irme para que no me volviesen a ver.
